Hoy me he despertado con una noticia que me ha llamado poderosamente la atención: “Una niña de 10 años sesuicida por sufrir acoso escolar”.
Según la noticia, la niña recibía por parte de sus compañeros de colegio insultos como “fea”, “gorda” y “puta”.
A priori puede parecer que la noticia no tiene nada que ver con los temas que quiero tratar en este blog, pero en realidad si, porque mi reflexión llega al pensar en qué clase de valores les estamos transmitiendo a nuestros hijos para que martiricen de ese modo a una pobre niña de 10 años y qué clase de profesores son los que no actúan al encontrarse con una situación de este tipo.
Por desgracia, este caso no es el primero y tampoco será el último si no se hace nada para remediarlo.
Por parte de los profesores, lo que deberían es no hacer caso omiso cuando un alumno/a o padre/madre de este les alerte sobre un caso de esta índole, y aunque no sea alertados por parte del implicado, deberían tener los ojos más abiertos ante las señales del acoso escolar, porque no nos olvidemos, que muchos menores no denuncian que están sufriendo “bullyng” por miedo a las represalias que esto les pueda acarrear.
Por parte de los niños, o más bien de los adultos a su cargo, lo que se debería es enseñarles unos valores como respeto, generosidad, amabilidad, el valor de la diversidad… Cierto es que esta medida no es la panacea y no a evitar que algún niño salga intolerante y agresivo, pero si que podría ayudar mucho a reducir casos como el que hoy tratamos aquí y haría que los niños no implicados también tuvieran el valor de denunciar si en algún momento presencian un hecho como este.
Aunque la noticia está centrada en un colegio de Illinois (EE.UU) eso no quiere decir que estos casos no sucedan en nuestro país, como sucedió con el joven del País Vasco que decidió suicidarse tirándose por un puente tras aguantar miles d insultos y humillaciones por parte de sus compañeros.
Una de las partes más dolorosas de estos hechos (aparte de la propia muerte de un menor), es que muchas veces la gente trata de restarles importancia con comentarios como “Peleas en los colegios las hubo siempre”, “Esto es solo por crear alarma”, “Cuando yo era pequeño también nos peleábamos en el colegio y luego tan amigos y no pasaba nada”, etc.
Por esto hay que aprender a distinguir bien los conceptos:
Una cosa es una pelea aislada entre colegiales: “Tu me dices esto, yo e digo esto otro, nos vemos a la salida y mañana somos amigos del alma otra vez”, que si, es cierto que esto pasa ahora y siempre ha pasado y nunca ha habido mayor problema.
Y otra cosa es el Bullyng o Acoso Escolar, en el que un individuo o grupo de estos se dedica a hacerle la vida imposible a un compañero/a por casos tan absurdos como que es diferente, saca buenas notas, no viste con ropa de marca o solo por el hecho de divertirse.
El acoso escolar puede llegar a acarrear a la persona que lo sufre problemas de autoestima, confianza, depresiones, empeoramiento en las notas, etc.
Tenemos que aprender a identificar estos casos para poder evitarlos. No digo que con esto se pueda crear un mundo perfecto e idílico, pero casos como este me llevan a preguntarme que si los niños son el futuro, ¿qué clase de futuro nos espera cuando en el presente pueden matarse unos entre otros sin que nadie diga ni haga nada para evitarlo?
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